Uno de los segmentos más vulnerables de la población son las personas viviendo en extrema pobreza en las áreas rurales aisladas de Perú. Así pues, cuando el gobierno peruano se propuso crear un programa nacional para abordar el problema de la pobreza rural, sus líderes se inspiraron en programas que habían sido exitosos previamente. Dos programas que funcionaban en Perú en aquel momento ofrecían caminos prometedores a seguir. El “Modelo Graduación” había sido desarrollado originalmente por BRAC en Bangladesh y luego fue adaptado por CGAP y la Fundación Ford en 10 localidades en ocho países de 2006 a 2015, incluido Perú. El otro modelo pertinente fue un programa agrícola recién creado llamado Mi Chacra Productiva. Ambos programas desplegaron diversas estrategias para abordar la pobreza extrema.
Los elementos esenciales del Modelo Graduación son el apoyo al consumo (es decir, ayuda directa en alimentos o dinero que permita comprar suficientes alimentos), capacitación para generar medios de subsistencia, transferencia de activos productivos, movilización de ahorros y formación en habilidades básicas. Mi Chacra Productiva se enfocó en desarrollar habilidades técnicas agrícolas y mejorar la seguridad alimentaria, proporcionando un paquete estándar de activos y capacitación para todos los beneficiarios.
Basado en este y otros programas, el gobierno peruano diseñó Mi Chacra Emprendedora, que ofrecía un menú flexible de activos y capacitación técnica. Tras varias pruebas exitosas en 2012, Mi Chacra Emprendedora fue lanzada en 2013 como Haku Wiñay, un programa nacional para promover la inclusión social y económica de familias rurales en extrema pobreza. Haku Wiñay significa “Vamos a crecer” en el idioma andino Quechua; en las regiones selváticas, el programa se llama Noa Jayatai, que significa “Vamos a crecer” en el idioma Shipibo. (Este estudio de caso se referirá al programa como Haku Wiñay.)
La percepción central que guía al Modelo Graduación en Perú es el reconocimiento de que la pobreza extrema requiere más que transferencias de efectivo. Una décadaantes de crear Haku Wiñay, Perú empezó a distribuir transferencias monetarias condicionadas (TMC) a personas en extrema pobreza por medio del programa Juntos. Juntos entrega un estipendio de unos USD 70 cada dos meses a madres pobres en las áreas rurales para ayudarles a comprar más alimentos para mejorar la salud y bienestar de su familia. A cambio, se requiere que las mujeres mantengan a sus hijos en la escuela y los lleven a revisiones de salud regulares. Pero los formuladores de políticas reconocieron que las transferencias por sí solas eran insuficientes para provocar los cambios significativos que, finalmente, son necesarios para abordar la pobreza extrema.
Los formuladores de políticas peruanos reconocieron la necesidad de los servicios adicionales de construcción de habilidades que proporciona el Modelo Graduación. Los expertos en pobreza de Perú (y en otros lugares) generalmente son realistas acerca de la capacidad que tiene cualquier intervención por sí sola de “graduar” a alguien de la pobreza de manera permanente. El poder del Modelo es que da a los participantes esperanzas y la sensación de que se están embarcando en una forma de vida diferente, con más propósito.
Este estudio de caso del Modelo Graduación en Perú ayuda a comprender el éxito del modelo y ofrece recomendaciones sobre cómo se pueden implementar a escala los programas.
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